Danilo Arzeno
Tres palabras nos separaron para toda la vida, amigo mío, casi hermano. El viento llega y se va, se evapora en las manos, y se pierde en las profundidades de mis ojos abiertos, pero deja una sensación de paz, perenne, para siempre. Lamentablemente entre nosotros no sucedió así.
Amigo mío, casi hermano, yo te recuerdo, pero jamás mis labios pronunciarán tu nombre, ni mis brazos te abrazarán de nuevo como ayer. ¡qué pena!
Tres palabras nos separaron para toda la vida, amigo mío, casi hermano. No puedo olvidar el día que dijiste, «no seas ridículo». Quise reaccionar, responder a tan inoportuna y dolorosa ofensa con ira, con rabia, pero contuve mi dolor entre mis puños cerrados. Mi dignidad saltó sobre mis bolsillos abiertos, mi esposa y mis hijos, pequeños todavía, me esperaban. La herida fue tan honda que mi pecho se abrió y se agolparon todas las lágrimas de la tierra dentro de mi alma. Ese día, muy doloroso para mi, supe que acababa de perder a mi amigo, un gran amigo, casi hermano.
Cuando pienso en ti, me asaltan fugases deseos de llamarte y decir «te perdono», y recordar afectos y cariños del pasado, cuando éramos jóvenes y muy buenos amigos, casi hermanos. Pero no puedo. Tres palabras han levantado un muro enorme, tan alto entre nosotros, que jamás escalará ni tolerará de nuevo mi dignidad.
Hasta siempre amigo mío, casi hermano, es mejor así. Nunca sabrás que hice estas líneas por ti, porque sigo siendo tu amigo fiel, porque siempre te recuerdo. Defecto o virtud, lo ignoro. Pero soy así, no guardo rencor, hay paz en mi corazón y soy feliz.
5 agosto 1947-5 agosto 2020
Sueños de poetas 2-3 domingo 29 enero 2023.