Por: Roque J. de León B. (MAE)
En cualquier lugar del mundo donde los seres humanos actúan de forma normal yo defino como logística: el conjunto de recursos y medios que se emplean para desarrollar los procesos que llevan a feliz término una actividad cualquiera, mientras que en República Dominicana en el ámbito político, esta palabra de tan amplio espectro la han reducido al factor dinero para motivar a individuos que gustan de la vida fácil a asistir a determinadas actividades proselitistas.
Lo que muchos ignoran es que ese dinero que se emplea en la famosa «logística» para: corromper a unos, hundir en el más profundo parasitismo a otros e incrementar la corrupción en algunos círculos de dirección de los partidos políticos, sale de los bolsillos de cada uno de los Dominicanos.
Le compro la idea a muchos que tienen como discurso decir que la democracia tiene un precio y que es el pueblo quien debe pagarlo pero, lo que olvidan ellos es que ese mismo pueblo tiene derecho a que se le rindan cuentas.
La corrupción motivada en montar la «logística» para la búsqueda de la conquista del poder es vieja y los actores han impregnado a esta diferentes modalidades y formas.
De esas, las más conocidas y usadas eran: el aporte de un alto porcentaje de los empresarios a todos los partidos sobre todo al que querían poner a ganar, esos eran cobrados con creces a través de favores como permitirles los contrabandos vía las aduanas, fraudes fiscales entre otros; utilización de los diferentes recursos del Estado, uso de la fuerza y abuso de poder por parte de quienes han controlado los bienes de los diferentes gobiernos y muchas más.
Más recientemente muy a pesar de que la Ley No. 33-18 de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Politicos de fecha 15 de agosto del 2018 en su capítulo VII sección 1 establece más que claro cuáles deben ser las fuentes que den origen a los recursos lícitos de las organizaciones políticas además; de los que son asignados por Ley vía la Junta Central Electoral para el pago de sus actividades proselitistas y el montaje de la ‘logística», eso no ha sido suficiente porque han descubierto nuevas modalidades de corromper la actividad que debe modelar el accionar de cualquier Nación.
Entre esas nuevas modalidades de buscar los recursos invertidos en la «logística» para el montaje de las actividades políticas están: la formación de compañías fantasmas para asignarse las compras del Estado a los precios que sólo ellos los entienden; asignación de forma ilegal de las obras del Estado; sobrevaluación de las obras asignadas de forma ilegal y abusiva además, de todas esas maniobras irresponsables y fraudulentas hay que agregar la Narcopolítica y la alteración de la Voluntad del Soberano.
Bajo ese esquema de cosas a nadie se le puede ocurrir que hemos vivido y/o vivimos en un sistema de ambientación democrática, donde se dice que la «logística» para buscar una diputación tiene un costo de más de treinta millones de pesos aproximadamente.
Ese estado de cosas hace que una actividad social que debería ser modelo a seguir en cualquier conglomerado por el rol que le corresponde desempeñar, simplemente no lo es porque un elevado porcentaje de los que se lucran de ella, con su accionar cada vez, les hacen más daño.
Corresponde a quienes hoy por diferentes razones participan activamente de esta humanizante ciencia, no importa si están en la oposición o en el poder devolver a la misma, la credibilidad y confianza por ellos diluida en la búsqueda y consecución de los recursos para el montaje de la demoledora «logística».
ROQUE J. DE LEON B. (MAE)
DIPLOMADO EN TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN SOCIAL INTEGRAL
MIEMBRO DEL SNTP Y EL SINLOPP