La facilidad con que podemos utilizar algunos medios de comunicación para expresar nuestras ideas y opiniones, muchas veces nos hace cometer errores, que luego tenemos vergonzosamente que arrepentirnos.
Si por la razón que sea, no tenemos el suficiente valor o decisión para decir o escribir todo cuanto se nos antoja a través de la radio, o algún programa en la televisión, una plataforma digital, recurrimos a otras prácticas.
Una vez en ellas, nos sentimos todopoderosos, valientes y en posesión de un “derecho” para denostar, amenazar, ofender, denigrar, calumniar y difamar, hasta la saciedad.
Los ejemplos están por doquier. Leemos comentarios realizados por lectores en medios de prensa (sobretodo, digitales), que así lo permiten, que dan asco!
Hasta que llega el momento en que esas personas son acusadas de difamación e injuria, y llevadas a los tribunales.
En esos escenarios, la situación es diferente. Pataleos, vuelta atrás, “arrepentimiento” y declaraciones de perdón, con una sentencia de encarcelamiento o pago de una multa.
¡El uso de los diferentes medios de comunicación, tiene sus reglas!