Lic. Ramiro Francisco
En muchas ciudades del mundo, incluyendo de los llamados países desarrollados, hay personas enfermas, deambulando por sus calles y durmiendo, donde les tome la noche y que tal vez, no representen algún peligro para el ciudadano.
La ciudad de Puerto Plata, no es la excepción. Podemos observar algunas personas como sonámbulas, que conforme a denuncias recibidas optan por dormir en galerías o entradas de viviendas ubicadas en nuestro Centro Histórico.
Allí hacen sus necesidades fisiológicas, roncan y realizan actos bullosos durante altas horas de la madrugada.
Se han presentado problemas, que pueden resultar muy penosos para todos. No hay que esperar, a que ocurran desgracias, para que nuestras autoridades (Alcaldía, Gobernación, Salud Pública) acudan al urgente llamado de esa vecindad.
¿Podemos acaso imaginar la llegada de un residente a su vivienda y encontrar a alguien acostado en su galería y que comienza a discutir de manera alterada y hasta a amenazar con un cuchillo, vara o machete?
Algunos al sentirse desplazados, amenazan hasta con prenderle fuego a la vivienda. ¿Esperaremos –Dios los libre- a que eso ocurra?
Nadie quiere estar en una situación semejante. Nadie, desea tener un hijo o pariente en esas condiciones mentales y deambulando por las calles de la ciudad. Hoy son ellos. Mañana puede ser uno cualquiera de nosotros.
¿Esas personas en esas condiciones mentales, son de Puerto Plata? ¿Su familia viven aquí? Es una situación, que todavía se puede manejar con eficiencia. No dejemos crecer el MONSTRUO.