Por: Roque J. de León B. (MAE).
El compromiso y gratitud social me mueven a escribir sobre un tema referente a un sector donde debería existir y primar el: compromiso, valor humano, amor y respeto por el prójimo al igual que por la vida; eso se ha perdido por la importancia pecuniaria y mercantil que en nuestros días se ha apoderado del área de la Salud, que es un asunto de sostenibilidad así como de permanencia en el tiempo de la humanidad.
En nuestro país desde el mismo instante en que la Salud Pública fue descuidada por las autoridades surgieron las clínicas privadas, al convertirse el sector farmacéutico en más comercio y menos compromiso social desaparecieron los productos elaborados con fórmulas propias de los farmacéuticos y surgieron los grandes laboratorios, de igual manera quebraron las farmacias familiares y surgen «las grandes cadenas» en esta área.
La competencia irracional por parte de los dueños de los grandes capitales invertidos en los diferentes laboratorios farmacéuticos y algunas cadenas de farmacias, hace que un sector de servicio en favor de la vida y la salud, se perfile como uno de los comercios más despiadados y antiéticos, cosa que lamentamos.
Para elaborar este escrito lo he sopesado en reiteradas ocasiones por dos razones fundamentales: estoy ligado de manera muy sensible y directa con el sector al administrar junto a un excelente equipo de personas por más de veinte años una de las farmacias de mayor prestigio en nuestra provincia desde su fundación hace aproximadamente noventa años y, mi hija que es médico que está en vía de concluir su especialidad en el área de Pediatría en el Instituto Nacional de Pediatría (INP), de México.
Reconozco el compromiso social que contraen las empresas al instalarse en un Sector, una Provincia, un País, una Región y por qué no en el Mundo; eso lo ha entendido muy bien el sector que comercializa a gran escala con productos para la salud, por lo que son patrocinadores de actividades de actualización profesional a través de importantes Congresos para un alto porcentaje de la Clase Médica en nuestro país, por lo que les felicitamos; lo que no compartimos es que los últimos aunque «amor con amor se paga» deban asumir como retribución prescribir las sustancias del o los patrocinadores.
De igual manera asumo e interpreto el derecho que tienen los dueños de «farmacias» de adquirir todas las ya existentes en el país y la región si quieren, así como regalar sus mercancías; lo que no entiendo es cómo las autoridades a la vez que no le despierta la curiosidad permiten una competencia que a todas luces es desleal.
Para quienes entienden de lo que estoy hablando saben que es algo muy serio y delicado porque atentar contra la estabilidad del sector salud en sentido general, incluyendo que ante algunas hazañas como la violación de lo señalado por la «Ley 42-01» de Salud Pública para instalar nuevos establecimientos en esta área, las autoridades correspondientes no se atreven a actuar.
A todo esto hay que sumarle los diversos malestares que agregan las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS’s) y sus intermediarios cuando cada día su cobertura es menor al igual que las sustancias y sus combinaciones que cubren; a los afiliados en ciertas oportunidades les facturan una sustancia y entregan otra de menor calidad, los productos dispensados en muchas oportunidades son de la India con muy baja confiabilidad, ponga usted las demás.
El tema de las ARS’s y la «Ley 87-01» que le sustenta, hace muchos años que el Poder Ejecutivo y los Legisladores están en deuda con la sociedad porque debieron revisarla y modificarla para hacerla más incluyente, equitativa, más humana y menos mercantil, pero para no romper su complicidad con algunos sectores económicamente poderosos, prefieren seguir de espaldas al pueblo que paga tarifas abusivas recibiendo a cambio menos garantía y calidad de servicios.
Las Instituciones del Estado, los responsables de hacerlas funcionales, los Representantes de los Estamentos de la Sociedad Civil y las Familias Funcionales en República Dominicana tenemos pendiente por sociabilizar, analizar y de igual manera solucionar, temas que son de vital importancia para la convivencia en una sociedad que ama la paz, tranquilidad así como la estabilidad; quede claro que la Salud si no es el principal está entre los primeros.
ROQUE J. DE LEÓN B. (MAE).
DIPLOMADO EN COMUNICACIÓN SOCIAL INTEGRAL.
MIEMBRO DEL SNTP Y EL SINLOPP.