Un ciudadano, borracho o drogado, amenaza con pasarle por encima a un coronel de la policía, cuando intentó apagarle un equipo de música que tenía a muy alto volumen en un carro de su propiedad, intranquilizando a un sector de la capital.
De eso hace más de un mes y no se conoce qué ha pasado con ese ciudadano, si fue detenido o investigado.
Otro oficial de la policía roció gas pimienta en el rostro de dos jovencitas en el municipio de Cotui, sin aparentes razones. El tiempo pasa y nada se sabe las causas de ese suceso.
Una patrulla detiene a un joven en San Francisco de Macorís, y sin motivo aparente ni mediar palabras, le rocía gas pimienta en ambos ojos. Hasta el momento no se tiene ninguna explicación, pero ahí están las imágenes de la agresión.
Una patrulla intenta detener a una señora por una aparente discusión con una vecina y esta agrede a uno de los agentes que, luego de un forcejeo la deja. Mas, nada se sabe. Tres agentes de la DNCD, dos miembros de la Armada Dominicana, y un civil, mueren en un CUESTIONADO ¿intercambio de disparos? pasan los días y el país no recibe una explicación convincente de esa tragedia.
Podría usar todo el espacio reservado a estas Expresiones para citar casos en los que, los responsables de garantizar la seguridad ciudadana, son agredidos o agreden personas. Entendíamos que, tres años después de anunciarse la REFORMA POLICIAL, al menos las primeras orientaciones a los agentes serían sobre cómo hacerse RESPETAR sin violar derechos ciudadanos y al mismo tiempo aprender a respetar el derecho de los demás. La reforma policial tiene que dirigirse en hacer una institución FUNCIONAL, confiable y respetable ¿Qué rumbo lleva esa? Un popular refrán: “cuando la fiesta va a ser buena, desde la víspera se ve”