Por Ramiro Francisco
Hay quienes consideran que el mantener una publicidad en un programa de radio o televisión, como en un periódico impreso o digital, es un regalo o una ayuda para los directores o dueños de esos medios de comunicación.
No solo desde el Estado y sus diferentes dependencias, sino también, en el amplio sector empresarial.
Es lo que algunos consideran, una compra de conciencia, para tener amarrados, controlados o sujetados a esos “destacados comunicadores”.
El amor al dinero sin barreras, así como la precaria situación económica por la que se pueda atravesar, obliga muchas veces a determinados dueños o directores de medios, a aceptar toda “publicidad condicionada” como también se le conoce.
Entonces, en base a ese condicionamiento, es difícil que usted escuche, vea o lea en medios de esa naturaleza, cualquier noticia o artículo de opinión con críticas a ninguna actividad política o un hecho de corrupción detectado.
La “publicidad” los amarra, con tal de mantener segura las entradas de esos “chelitos”. Dinero, que pueden pasar de cientos de miles de pesos al mes, cuando se disfruta abiertamente de las mieles de la publicidad estatal con uno o varios “anuncios comerciales”.
De ahí, que los lectores, oyentes y televidentes, pueden notar muchas veces, como se “tapan” o esquivan algunas informaciones, con tal de “no hacer daño” a quien le da la plata.
Me cuento entre quienes consideran, que no puede haber oferta de publicidad estatal, para todos los medios de comunicación del país. Pero, quienes ostentan posiciones de mando en esas dependencias, deben ser lo suficientemente equilibrados y juiciosos en la colocación de las mismas.
Recordamos con respeto y honor, a Frank Cabrera, ido ya a la eternidad, que estando en el Ministerio de Turismo, se las ingeniaba, para que la mayoría de los programas en Puerto Plata, tuvieran alguna publicidad de esa dependencia.
La rotaba cada cierto tiempo. Podían ser dos o tres meses, a cada programa. Todos disfrutábamos del pastel, simpatizáramos o no, con el partido en el poder de entonces.
No me gusta ni estoy de acuerdo con esa “publicidad” que sirve de cadenas o de “tapaboca”.
Buen punto. Felicitaciones .la mayoría hace eso y por na.