Por Moisés Perdomo
Manuel Morales Jerez -Morcillon- nació en esta ciudad el 11 de Marzo de 1930, hijo de los señores Francisca Morales y Miguel Jerez -Guelo- quien fué un excelente lanzador amateur, ambos fallecidos.
Morales a los 13 años formaba parte de un equipo infantil bajo la dirección de Porfirio Reyes, posteriormente a los 15 años forma parte del equipo juvenil dirigido por José Sarita -Pin- en el play viejo de la gallera.
A los 17 años estaba jugando baseball ⚾ amateur AA de Puerto Plata cuyo dirigente lo fue Chichito Ventura.
Gran defensor de la tercera base, con manos de seda y brazo de cañón.
En 1956 por sus grandes habilidades para jugar al baseball ⚾ se incorpora a jugar con el equipo del banco de reservas junto al ex- grandes ligas Roberto Peña. Además, jugó Para el famoso equipo Cami en la capital.
Luego de pasear su calidad de jugador en la capital, en 1957 refuerza al equipo Pepsi Cola junto al orgullo de Nibaje Victor Ceferino Ramírez y el nativo de Mao Valverde, Félix Santana.
En 1958 pasa a formar parte del fuerte trabuco de la Aviación Militar donde su potencial se puso de manifiesto.
Ese mismo año de 1958 pasa al profesionalismo firmado por Horacio Martinez -El Rabit-, jugando por tres años con los Leones del Escogido accionando junto a los hermanos Rojas Alou, Federico Velázquez, Osvaldo Virgil, Pedro Reynoso, Juan Marichal, entre otros jugadores ⚾⚾⚾.
Manuel Morales jugó con varios equipos de la Liga del Atlántico a manera de refuerzo en intercambio amistosos. Dirigió a esta institución deportiva y recreativa desde 1960 a 1968.
Luego en 1969 fue dirigente del equipo Estrellas Puertoplateñas quienes tenían en nómina a Diego Frank Hurtado, José Pla, Chichi y Ninin de la Cruz, Mario Hernández, Diógenes Quiñones, Francisco Almonte, Felo Camacho, Pedro de la Cruz, José Briceño, Cayo de los Santos, Monky La Hoz, Miguel angel Russo, Ramón Peña José Oscar Papaya, dirigido por José Eugenio Almonte -Tite- y Félix Sánchez.
Cuando un hombre pone toda su vida, todas sus energías, todas sus capacidades en pro de una actividad noble como es el deporte, es merecedor de homenajes y cuando esa vida se ha activado en un ambiente árido, estrecho y difícil como lo era en la década del 50, 60, 70, entonces es doblemente digno de todos los homenajes por su valor, su convicción y constancia.
Obsequió sus mejores años al baseball ⚾ con entereza, no se acobardo ante los obstáculos, los fracasos o las ingratitudes. Cada día se rinde homenaje a guruses de la Ciencia, de las Letras y de las Artes. Luego, les llega el triunfo definitivo y llueven sobre ellos honores y fortunas.
Los deportistas aquí solo ganan honores, pero se conforman porque el deporte nació con ellos, lo llevan en su torrente sanguíneo y es lo único que vale la pena para ellos. Manuel ha recibido su homenaje del pueblo y se siente rico porque ha conseguido que se reconozcan sus méritos, algo que aquí es más difícil que sacarse la Loto.
Estuvo de coach de tercera en la Liga de Verano del Cibao con los Piratas del Atlántico desde su creación en 1975 hasta su desaparición en 1985.
Además, mentor y coach en la primera escuela de baseball ⚾ de pequeñas ligas, categoría formativa de la Liga Gustavo Llenas.
Fue electo a la inmortalidad deportiva en el primer ceremonial del Salón de la Fama del Deporte de Puerto Plata.