Por Ramiro Francisco
Faltan apenas poco más de dos semanas para las elecciones presidenciales y congresuales en la República Dominicana. Muy difícil, que a estas alturas, usted no sepa, por quien votar. Una campaña sin muchos ruidos, sin intentar “buscar la quinta pata al gato”.
El debate presidencial, puede afirmarse, que fue respetuoso, disciplinado, donde los participantes se manejaron con mucha decencia.
De unos días acá parece, que cambia el panorama. Ahora se habla de “campaña sucia” ¿Quién la hace? En nuestras barriadas decimos, que los incidentes en torneos de dominó, de básquet o de béisbol, lo provocan quienes se consideran derrotados. Desconocemos si puede aplicarse lo mismo en campañas políticas, donde no hay buenos resultados con el márketing, las estrategias o las “logísticas.
Hasta el out 27, hay que continuar la lucha con más denuedo y persistencia, sin dormirse en los laureles.
Los aliados (estadounidenses, británicos y canadienses) que desembarcaron aquel histórico 6 de junio de 1944 en Normandía, durante la Segunda Guerra Mundial, nunca podrían haber pensado siquiera, que serían recibidos con flores.
El Mariscal de Campo alemán Erwin Rommel, llamado también el Zorro del Desierto, había ordenado la instalación de una serie de obstáculos, con la finalidad de ralentizar el avance de los aliados.
El escritor Steven J. Zaloga, habla de miles de muertos ese Día D, en la Playa de Omaha.
Las campañas electorales, son batallas también. Sin armas de artillerías o tanques, ni aviones o corbetas, ni submarinos. Pero batallas al fin, y se emplea de todo.
Desinformaciones, injurias, medias verdades, manchas y mentiras, empleadas como misiles o dardos envenenados contra el “enemigo político”.
Actuar con sigilo, sabiduría, destreza y valentía, sin desperdiciar municiones, hasta alcanzar la meta. En este caso, la victoria electoral.
Ahora, es mucho desvelo, sospechas, trabajo, tropezones y espinas. Luego, vendrán las rosas.