Por Ramiro Francisco
Este jueves 30 de mayo, es en República Dominicana, el Día de la Libertad. También, el Día de Corpus Christi. Ambas fechas importantes dentro de nuestras celebraciones religiosas y patrióticas.
Es feriado. No se trabaja, conforme a la Ley 139-97. En esta fecha, la tradición oral habla de cuando “el buey le habló al amo”.
Desconocemos de donde viene esa historia y desde cuándo. Lo que sí se conoce, se predica, se comenta y se ha escrito mucho es, sobre la burra que sostuvo una conversación con una persona. Esta era profeta o adivino. Como mejor le cuadre. Aunque Pedro en una de sus epístolas, le llama profeta.
El personaje que sostuvo una conversación con un animal, es conocido como Balam. Esa interesante narración, la leemos en la Bíblia. Antiguo Testamento, en el libro de Números.
No creemos, sea un cuentecito de hadas o duendes para niños.
Balam, tenía una misión. Maldecir mediante conjuros o lo que sea, al pueblo hebreo que continuaba su marcha al ser liberado de Egipto, hacia la llamada Tierra Prometida.
No tenía un carruaje. Su medio de transporte, era una apreciada burra, que durante muchos años le servía. Cruzaban pequeños riachuelos, subían lomas y andaban por grandes llanuras, con Sol radiante o Luna llena, y nunca habían tenido problema alguno.
Al menos, como el de ese día en que la burra habló.
Y no escribo habló entre comillas. Porque de que habló, habló…
Y Balam, entendió lo que le decía el animal.
Si desea, leerlo en el texto. Números 22:27-33
Primero: Es la burra que primero ve el ángel.
Segundo: Es ella que inicia el diálogo “el Señor hizo hablar a la burra”. ¡Sostuvieron un diálogo!
Tercero: El profeta o adivino, no se asustó, ni tembló de miedo, ni se paralizó. Ante un fenómeno semejante ¿Qué hubiera hecho usted?
Cuarto: El Señor “abrió los ojos de Balam” Es en esa condición de los ojos abiertos, que entonces “ve”, lo que la burra veía. ¿Cómo que los abrió? ¿Estaba durmiendo?
Si, estaba durmiendo ante esa otra realidad, que aún en nuestros días, nos negamos a aceptar.
Con todo y los adelantos tecnológicos que hay y habrá en el mundo, se conoce, que algunos animales –gatos, perros, caballos, burros – suelen ver entidades o presencias, que al ser humano le es prohibido, hasta que sus ojos “sean abiertos”.
Cuando eso llegue –que ojalá suceda- desaparecerán los miedos a los tantos “misterios” que nos enmudecen.
Hubo más de un por qué…y la burra habló.