Ramiro Francisco
Cuando nos referimos al contenido en un programa de radio o de televisión, también a lo que escribimos en un periódico, plataforma o revista, simplemente es, lo que hablamos, presentamos o mostramos en ellos.
Se podrá interpretar lo que se desea. Con la visión, lógica o punto de vista de cada quién. No obstante, es a eso que nos referimos cuando hablamos del contenido.
Por lo tanto, damos particular respaldo, a un contenido creíble, sano, de buena fuente (no inventada), que busque el bien y crecimiento de la sociedad, así como la expansión de un crítico pensamiento.
Dejamos por sentado, que cada quien es libre de ofrecer en su medio, lo que considere importante, atendiendo a que lo que es importante para mí, para usted no tiene necesariamente que serlo y viceversa.
Puede ser, que decenas, cientos, tal vez miles, no les interese para nada leer, conocer o ver un programa donde se trate de religión, Ciencias, adelantos tecnológicos, cuido familiar, descubrimientos científicos, Geopolítica, Cine, Arte, Educación, Música, Medioambiente, Viajes…por solo citar estos, de tantos.
Y que, por el contrario, sienta inclinación por las bajezas, por los supuestos, por el “me dijeron” “acaban de decirme” “una fuente de entero crédito”, olvidando que ya se conoce, que la mayoría de esas llamadas “fuentes” solo revelan chismes y altercados, en escalas diferentes.
Otros, sienten deleite en presentar muertos de accidentes, de enfrentamientos, suicidios, homicidios, sin importarle para nada lo horripilante de las fotos, y menos, el dolor de la familia.
“Es mundo” suelen decir algunos. Y “para los gustos, se hicieron los colores” sostienen otros.
Esos son los contenidos, que podemos encontrar en los miles de programas de radio y tv en todo el mundo.
Si a esto le añadimos, las informaciones falsas, sin verificación que solemos colocar, por inocencia o a sabiendas, no es de extrañar los tantos viajes que damos luego a los tribunales y los pronunciamientos ofreciendo nuestras excusas y solicitando perdón, simplemente por adelantarnos o no verificar, y constatar la veracidad de lo que vamos a compartir.
No importan los años, el nombre y quienes actúan en determinado programa.
Me inclino a favor de un contenido verdadero, ético y en busca del bien común. Gracias por su colaboración.