No sólo estoy de acuerdo con “las tres causales”, estoy de acuerdo con el aborto, por considerar que es la ciencia, y la mujer, no un cura o un pastor, quienes deben tener voz y voto en la toma de decisión al respecto.
He dicho -y reitero- que, si a los hombres la naturaleza les hubiera dado la facultad del embarazado, ese tema ni siquiera estaría en discusión en el Congreso, ni en ningún otro órgano del Estado, que cualquier ley, decreto o protocolo al respeto no habría provocado debate alguno.
Solo hay diez países en el mundo que penalizan totalmente el aborto, cuatro de ellos en la región, todos del tercer mundo, es decir, subdesarrolladas, muy atrasados culturalmente.
Es una vergüenza encontrarnos junto con Nicaragua, El Salvador, Costa Rica, Panamá y Honduras. Sólo dos países, fuera de América Latina, consideran ilegal el aborto, Malta y el Vaticano, por supuesto. La principal razón es religiosa, y en menor medida, cultural, no médica, ni científica.
En Panamá, una niña de ocho años, de origen indígena, fue abusada y embarazada por su padre adoptivo. Pese al estupro, al acto de violencia y salvajismo, fue obligada a dar a luz, en un hecho monstruoso, que sólo una sociedad cavernícola puede permitir.
Para despenalizar el aborto en la República Dominicana es necesario modificar la Constitución del Partido de la Liberación Dominicana que establece que “el derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte”, lo cual plantea una discusión de carácter científica para poder establecer, con exactitud, cuando comienza la “concepción” de la vida, obviando elementos fundaméntales del tema, como la viabilidad de un feto, la violación, el estupro, el peligro de la madre fruto de un embarazo, etc.
El PLD y la FP se mostraron como dos partidos caudillistas que actúan en función política. Mantuvieron el control del Congreso durante muchos años. Bien pudieron aprobar el Código Procesal Penal, incluyendo “las tres causales” que hoy reclaman. No lo hicieron. Ahora no tienen calidad política, ni moral, para criticar al Partido Revolucionario Moderno y al gobierno por no haber aprobado la pieza con las “tres causales”. Demuestran, tanto Leonel como Danilo, que “una cosa es con guitarra y otra cosa es con violín. Lo mismo puede decirse del PRM y del propio presidente Luís Abinader que en la oposición estaban a favor del proyecto que incluía la despenalización del aborto.
Ahora bien, como digo una cosa digo la otra. Estoy de acuerdo con la aprobación del Código sin las “Tres Causales”, porque de lo contrario no se hubiera conocido.