Ramiro Francisco
Octubre es el Mes de Lucha contra el Cáncer de Mama.
Otra vez, el lacito rosado. Otra vez las charlas. Otra vez, los llamados a acudir al médico. Otra vez, las marchas. Otra vez, otra vez.
Luego pasa octubre, y nos olvidamos de todo.
Pocas veces volvemos a escuchar esas voces que alertan. Parece teatro, pan y circo, o las maneras para muchos, de «subirse a la ola».
Al terminar este mes, es como si también finalizaran las acechanzas de esa terrible y mortal enfermedad, debido a los silencios.
Desde el sector oficial se debe continuar la educación durante todo el año para elevar conciencia en la familia base de toda sociedad.
No es que va a desaparecer el cáncer de mama. Si hay más conciencia, se acudirá a tiempo al exámen médico y habrá una más rápida respuesta y tratamiento.
Si se gastara en publicidad educativa, como se hace para construir plataformas a malos políticos, se estaría preparando el terreno, para enfrentar con valentía, fe y determinación, toda dificultad de salud que la vida misma nos ponga por delante.
La campaña debe ser todo el año. Los medios de comunicación y plataformas digitales, seguro brindarán su cooperación.