Lic. Ramiro Francisco
Estamos más que claros, de nacer, crecer y morir…aunque muchos no llegan ni a nacer y otros no crecen lo bastante y se van. Con razón leemos “Oh profundidad de la riqueza, y de la sabiduría de Dios. Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos”.
Vendrán y realmente las hay, explicaciones que tratan de llenar nuestras necesidades y vacíos.
Cada quién desde sus propias visiones, aceptará y mantendrá sus realidades, sus negaciones e incertidumbres. Tanto en el campo religioso, filosófico o agnóstico.
El veterano periodista dominicano Oscar López Reyes, en varios de sus libros, nos cuenta varias experiencias que muchos llaman juegos con la muerte, porque aún no le ha llegado su tiempo.
No importa. En cualquier burbuja que deseemos estar, lo cierto es que nos vamos.
Lo entendamos o no, con miedo o sin él, partimos. El llamado Apóstol de los Gentiles, escribió “para mí el vivir es Cristo y el morir me es ganancia”. Investigar por qué la visita de la Parca, él la calificaba de ganancia.
Aún la manera de irnos, deja muchas interrogantes, leyendas, lecciones y señales.
Tal vez usted que lee, conoce por qué un asesino, malhechor, una persona que ha causado muchos males tiene una muerte, parte de este mundo, con tanta paz en su cama y rodeado de sus familiares.
Otros, sin embargo, que han dedicado toda su vida al servicio de sus semejantes en orfanatorios, hospitales, hogares de ancianos, grupos de socorro, en fin, alcanzan a tener una muerte espantosa y horrible.
Algunos han volado, porque el tiempo no fue válido durante el traslado de urgencia a la clínica u hospital. Porque no había el medicamento que se necesitaba, porque el médico atendía a varios pacientes, también, porque estaba solo al momento de darle el infarto ya de madrugada. ¡Vaya usted a saber!
El caso es, que nos vamos. ¿Cómo, de qué manera? NADIE lo sabe.
Continuará…