A Doña Ana y Renato Ferrero, en Neuquén-Argentina
Ramiro Francisco
Se nos ha enseñado desde siempre, que un equipo es “un grupo de personas que trabajan juntas para lograr un propósito u objetivo”. Que deben trabajar unidos, dejar de lado asperezas, malos entendidos, desavenencias, enojos, egos, y luchar hombro con hombro, hasta alcanzar las metas.
No hay que ser graduado con honores en Sociología para saber, que si no se trabaja así, los triunfos se alejan. Se nada en círculos, sin alcanzar la orilla.
Se aplica en todo. Deportes, política, guerras, sindicatos, hasta en instituciones militares y civiles.
Puede existir un mánager experto, famoso, serio, conocedor…pero si el equipo no responde…lo mismo sucede con un estratega militar o policial que formula ideas excelentes, viables, para combatir la delincuencia…si hay disidencia en el equipo…nada se logra.
Un director de hospital serio, honesto, capacitado…si no cuenta con un buen equipo, su trabajo pasará desapercibido.
Mencionemos por demás, un Alcalde, Ministro y hasta un Presidente. Si el equipo con que cuenta, es incapaz, mediocre, desobediente y altanero, pocas cosas en beneficio de la sociedad se alcanzarán.
Tal vez, fue eso, lo que notó el Presidente de Colombia Gustavo Petro, quien recientemente y durante la celebración de un Concejo de Ministros, solicitó que quienes no desearan continuar con su gobierno, que renunciaran.
Al momento de escribir, se conoce, muchos lo han hecho. No basta que el chofer meta el pie para accionar el freno. Tiene asimismo que funcionar la palanca, los resortes, las pastillas, las pasaderas el disco y el tambor. Todo un equipo.
Los Presidentes, si notan ineficiencia en sus equipos. deben desvincular, cancelar, botar o suspender, a esos eslabones gastados, corroídos y rotos.