Esta historia es, sin duda, un ejemplo del dicho popular «la realidad supera la ficción«. Pues sí, esta historia de amistad podría ser más propia de una película de dibujos animados o de un cuento infantil que de la vida misma, pero hoy queremos sorprenderte.
Sucedió hace ya algunos años en un pueblo de Albania. Una pequeña aldea cercana a zonas montañosas a la que se acercan lobos y otros animales para conseguir presas, que a menudo suelen ser animales de las granjas de los habitantes locales. En un intento de mantener la granja a salvo, uno de los lobos quedó atrapado en una de las trampas de los alrededores. Lejos de volver a soltar al animal, los granjeros decidieron algo mucho peor, encerrarle en una jaula. Lo querían vivo, pero privado de libertad en una especie de celda.
No queda ahí la cosa, para alimentar al lobo decidieron meter en la misma jaula a un burro viejo para que sirviera como alimento. Desde luego, ese burro tenía los minutos contados, o al menos eso pensaban todos.
Sin embargo, la actitud de ese lobo dejó a todos helados. En lugar de atacarle para sobrevivir, el lobo hizo totalmente lo contrario y quiso convertirse en amigo del viejo animal. Encontraron el uno en el otro la comprensión y el cariño que se les estaba negando.
La extraña pareja
Rápidamente esta historia de amistad se extendió por todo el país. Hasta tal punto que el gobierno de Albania decidió intervenir para liberar a los animales. Así, el lobo pudo regresar a las montañas de donde vino, y al burro se le brindó la oportunidad de vivir en un prado para pastar libremente el resto de sus días.
Una historia que, una vez más, nos da una lección. Los animales consiguen ser más buenos y compasivos que los humanos. ¡Cuánto nos queda por aprender de ellos!
Fuente: Honest to Paws