Por: Roque J. de León B. (MAE)
En sociedades como la nuestra donde por mucho tiempo han prevalecido la dictadura, el bajo nivel educativo y la violación a las normas de convivencia en sociedad por individuos que: accionan en el sector privado, detentan el manejo de las instituciones del Estado en determinado momento o simplemente dirigen alguna institución de la sociedad civil o Partido Político, tenemos el crecimiento de ciudadanos que desarrollan un alto temor ante los que se sienten apoyados por algún tipo de poder que puede ser: económico, político o social.
Ese Conjunto de personas temerosas son las usadas y manipuladas por los que se sienten poderosos para lograr y obtener sus objetivos y caprichos, no importa cuáles sean y a qué costo.
En este tipo de sociedades se hace muy difícil combatir o controlar la corrupción de la que muchos participan y se expande a todos los niveles porque muy pocos se niegan a colaborar con sus verdugos y mucho menos, a denunciar y/o hablar de ellos, lo que los hace cómplices.
Esa actitud crea islas de poder, no importa en cual o cuales sectores interactúan, porque al final se aproximan al poder político para buscar impunidad y regularmente, terminan lográndola.
Nos encontramos en esos ambientes con: narco-empresas, narco-políticos, lavado de activos por narcotráfico pero también de las corrupciones público-privada, explotadores naturales del medio ambiente que también retuercen y niegan esa gran verdad para justificarse ellos y su entorno, familias que al pasar por la administración de los bienes del Estado salen sucias por completo; algunos directores y miembros de instituciones como la Junta Central Electoral (JCE) y la Justicia que han formado y forman parte de la alta dirección de los grandes partidos políticos, miembros de la estructura de comunicación del país; si continúo describiendo podría terminar más asqueado de lo que podemos imaginar.
Sin lugar a dudas que parte de esos entramados, no importa quién o quienes gobiernen, siempre tienen sus tentáculos enclavados en lo más profundo del Poder Político porque en sociedades como la nuestra para lograr sus objetivos basta con infligir temor a través de: poder económico, manejo de instituciones que violando las Leyes dan facilidades a personas mal intencionadas para quitar o asignar poder a los sectores políticos, poder judicial para refrendar la impunidad, medios y espacios de comunicación para poder manipular y convertir grandes verdades en mentiras y grandes mentiras en verdades; conglomerados de poca conscienciación y fanáticos de cualquier causa, entre otras tantas barbaries.
El alto grado de inconsciencia y fanatismo es lo que frena el avance en nuestros países y hace a tantas personas e instituciones cómplices de las mismas causas e injusticias.
Debo dejar claro que los más inconscientes no son los menos letrados sino los que adquieren un título con la finalidad de escalar a algunas posiciones de poder e influencia y desde ahí ejercer presiones diversas para ayudar a manipular a las grandes masas, podemos citar: gremios de trabajadores en empresas y choferiles, gremios profesionales, asociaciones empresariales, instituciones de la sociedad civil, partidos políticos, entre otros.
La mejor manera de combatir esos males sociales inducidos es la búsqueda y adquisición de diversos conocimientos para, al ponerlos al servicio de los demás, se apliquen en la vida diaria ante esos individuos y grupos donde predomina la búsqueda del bienestar individual sin importar los medios ni las consecuencias.
Es misión de los buenos ciudadanos transmitir a sus semejantes los conocimientos adquiridos para de forma conjunta combatir y enfrentar a los grupos y males que a través del temor inducido permean y hacen frágil a la sociedad, convirtiéndola en manipulable y cómplice, quizás sin saberlo.
ROQUE J. DE LEON B. (MAE)
DIPLOMADO EN COMUNICACIÓN SOCIAL INTEGRAL
MIEMBRO DEL SNTP Y EL SINLOPP