Lic. Ramiro Francisco
Los tiempos cambian para bien o para mal. No siempre uno entiende o está de acuerdo con algunos cambios. Nos cuesta aceptarlos. Los partidos políticos, no escapan a los mismos.
Años atrás, por disciplina partidaria, no se cuestionaban las disposiciones de la directiva. Todo se aceptaba sin pregunta alguna. El mutismo ganaba la batalla. Podía existir disgusto, pero la lealtad impedía, algún levantamiento.
Parece, que en la actualidad eso no ocurre y existe y se demuestra, el derecho a disentir. A exigir alguna explicación y cuando la misma no se obtiene, muchos deciden irse de la organización.
Se tiene claro está, el derecho a pensar y decir, que esos dirigentes son “comprados” por el partido gobernante. Las más de las veces, no están bajo esa cobija.
Es raro, que en la mayoría de los partidos políticos, no exista ese disgusto, remeneo o temblor, luego de las pasadas encuestas para la escogencia de diferentes candidatos que participarán en las venideras elecciones del próximo año.
Se han levantado voces responsables, que dentro del respeto, diplomacia y buen tacto, han expresado públicamente su disgusto y oposición, al trato recibido por el engaño del que han sido objeto.
Felicitamos a todos los que han tomado esa decisión, como clara respuesta de luchar por una verdadera democracia partidaria.
Ya está bueno para tantos silencios. Tomar valientemente posición ante ciertos abusos, tiene su precio. Pero, la sociedad, el pueblo, que al final es quien elige con su voto, sabrá valorar en su justa dimensión la firme posición tomada.
Los terremotos, dejan caos y desastres.