La Inversión Extranjera Directa (IED) es una pieza fundamental para el crecimiento sostenible de un país como el nuestro. El reciente estudio “Impacto de la Inversión Extranjera en República Dominicana: Dupliquemos la Inversión”, liderado por la Asociación Dominicana de Empresas de Inversión Extranjera (Asiex), subraya su papel trascendental en la transformación económica de la nación.
Los datos no dejan espacio a dudas; desde el año 2018 la IED se ha incrementado un 66%, y alcanza los US$4,000 millones en 2022, según números oficiales, y con una señal clara de que en 2023 tocará los 4,300 millones de dólares, equivalente al 3.7% del PIB, indica el referido estudio de la Asiex.
Pero más allá de las cifras, la IED ha dejado una huella tangible en la economía dominicana. Oportuno es citar su impacto en la Tesorería de la Seguridad Social, a la que contribuye con un significativo 18.8% de los aportes totales del país.
Los empleos generados por las empresas extranjeras, especialmente en zonas francas, representan el 80.3% del total, y las exportaciones de bienes en 2022 totalizaron 8,938 millones de dólares, el 73% del total de los envíos.
Este flujo inversor ha sido clave para el robustecimiento fiscal. Las empresas del ramo han incrementado su contribución fiscal en un 84% entre 2018 y 2022, y proyectan alcanzar los US$7,000 millones en 2028. Estos fondos podrían ser destinados a áreas críticas como educación y salud.
El presidente Abinader, consciente del valor estratégico de la IED, ha resaltado la transparencia y la colaboración público-privada para atraer y retener los flujos de inversión. El mandatario aprovechó la exposición de la investigación para reiterar su compromiso de simplificar trámites, acelerar procesos administrativos y promover la transparencia, pilares esenciales para la atracción de inversión extranjera.
Desde el lado privado, la Asiex ha planteado una serie de propuestas para fortalecer esta tendencia, que incluyen la modernización de leyes, el desarrollo de zonas francas y el apoyo a proyectos sostenibles. Esta estrategia refleja un compromiso sólido con el crecimiento continuo de República Dominicana.
La inversión extranjera directa no solo es un respaldo económico, es la piedra angular de un futuro próspero y sostenible para todos los dominicanos. Su impacto multidimensional es evidente y su fortalecimiento es un imperativo para el progreso sostenido del país.
Fuente: El Caribe