Ramiro Francisco
Diciembre, es el mes de la Navidad. Es por sí, un mes alegre. Cánticos, villancicos, himnos. Luces de colores, en los que sobresalen el verde, amarillo y rojo.
Pero asimismo, para muchas familias hay tristezas y soledad. Han perdido un familiar y no han logrado en el tiempo desvanecer el dolor que causa esa ausencia. Hay que ponerse en su lugar y entenderlos.
Son días de reuniones, de fiestas, de regalos. Se desempolvan canciones e himnos tan “viejos” como Noche de Paz, y volvemos a escucharlas en voces de grandes tenores, coros, agrupaciones musicales o interpretadas por humildes feligreses en una congregación cristiana en nuestra zona rural o urbana.
Dejémonos de cosas. Diciembre es diciembre y Navidad es Navidad.
Es entonces, cuando volvemos a escuchar o releer la historia de los Reyes Magos y su visita a Jerusalém.
Eran de Oriente. Mateo en su Evangelio, no indica el lugar o nación. Con el tiempo, se cree, eran de Persia.
¿Magos? ¿Relacionados con magia, hechicería y esas cosas? Creemos que no. Más bien, sabios a quienes el Dios de Israel, les había revelado todo en relación con el futuro Príncipe de Paz.
En esos tiempos no existían los drones. Una “estrella” indicaba a ellos, la ruta exacta. Ahora diríamos fue un OVNI. La distancia recorrida hasta llegar a Jerusalem, es enorme.
Recuerden que andaban en camellos. No era en avión, helicóptero o vehículo de motor alguno.
Guiados de esa manera, encontraron el lugar exacto del nacimiento. Antes, habían tenido un encuentro con el Rey Herodes.
Luego de conocer al Niño y entregar los presentes, fueron avisados “por revelación, en sueños, que no volvieran donde el Rey, regresaron a su tierra por otro camino”.
A los Magos, se les dio esa orden en sueños. ¿A los tres? ¿A uno solo y este explicó a sus compañeros? ¿Únicamente los judíos podían tener relación a ese nivel con el Altísimo? ¿Por qué con esos de “oriente”, que no eran hebreos? ¿Volvió la “estrella” a guiar sus pasos durante el regreso?
Él nos permita decodificar esos enigmas, jeroglíficos y misterios en la misma medida en que por ellos nos interesemos y cuando estemos listos para comprenderlos.
Bendecida Navidad para todos.