Por: Ramiro Francisco
Publicado por vez primera en agosto del 2011
Deseamos escribir a ustedes, de esos bares o “suburbios” que existían en nuestras barriadas, no con el glamour de los arriba mencionados en los que desde el portero, camareros, artistas, y músicos de las diferentes orquestas, así como los visitantes, debían y deben vestir de forma elegante, sino de esos “lupanares” donde el hombre sencillo, el obrero podía visitar aún en chancletas y con sus herramientas de trabajo colocadas al lado de la mesa.
De esos bares con bombillitos de muchos colores, con vellonera y pista de baile, donde se escuchaba a Daniel Santos, Los Matamoros y Los Ahijados, Celia Cruz, Olimpo Cárdenas lo mismo que El Jibarito de Lares, Blanca Iris Villafañe, María Luisa Landín, Alberto Beltrán, Julito Deschamps, Leo Marini, Carlos Pizarro…y tantos otros que descollaban por entonces.
Esos bares del Puerto Plata de los años 40 al 70. Muchos sobreviven en la actualidad con otros nombres y otros encantos. Los más, desaparecieron por completo.
He aquí algunos nombres; Bar Azul, Bar de Mamita, El Temblor, El Torino, Bar de Pin, Bar de Flor, Los Palitos, Bar de Jutico, Bar Gina, El Ancla, Recreo del Turismo(Arcadio), El Borojol, Bar de Calcalí, Bar Bahía, Bar El Feo, Bar de Teodoro, Bar de Elías, El Marino, Bar de Pablo Bierd. Tal vez una aceptada definición de muchos de nuestros bares-cabarets de entonces sería, un lugar con una vellonera donde se fumaba, bebía, se bailaba, y en la parte atrás o en la segunda planta había una especie de cuartuchos-habitaciones para “bailar boleros de forma horizontal y desnudos”.
Nos detenemos en el tiempo y traemos a la memoria de muchos de ustedes que fueron actores en esos escenarios o que solo escuchaban las historias de sus amigos pero que no tuvieron “esas andanzas” por esos lugares de “mala muerte”, donde a veces se tenía que soportar las ocurrencias de algún parroquiano que “marcaba” para escucharla repetidas veces, una canción como Mala, de Fernando Valadez o Celos, del Trovador Codina. Otras que no faltaban en “esa línea” eran: Delincuente, Poquita Fe o Amor Perdido en las voces de Carlos Pizarro, Julito Deschamps y María Luisa Landín respectivamente.
¡Qué tiempos aquellos en los que se podía caminar a altas horas de la noche sin temor de ser asaltado! El bar o cabaret como le conocemos por aquí, forman parte de nuestra cultura como pueblo. Han sido desde siempre lugares donde, entre tragos, a solas o acompañado de amigos o “cabareteras” al conjuro de boleros, sones y guarachas se busca desaparecer, aminorar, olvidar “las pesarosas cargas de la vida” o atenuar las llamas de un “imposible amor” y ¡Quién sabe! “echar una canita al aire.