Por Ramiro Francisco
Ahora que el mundo se encuentra tan cerca de nosotros, donde un hecho ocurrido en Japón o los Montes Urales, casi al instante, podemos saberlo, por los cambios y cercanías que producen las redes sociales y la Internet.
Esa realidad, y la facilidad de utilizar los medios, abre puertas a todo mortal que así lo quiere, para incursionar en el mundo de las noticias.
Más todavía, a convertirnos en “expertos” en Tecnologías, Ciencias, Geopolítica, Arte, Literatura, Seguridad Cibernética, Música, Ingeniería, Arquitectura, Medioambiente y Recursos Naturales, Tránsito Urbano, Minería, Diplomacia y decenas de otras disciplinas del saber.
Con la facilidad con que “el feo se convierte en buenmozo” y las canas blancas, en pelo negro como el petróleo, de buenas a primeras, de la noche a la mañana, ya somos parte de un programa de televisión o de radio. Nos contamos en ese elenco.
¡No importa! Aunque pasemos la mayoría del tiempo en silencio, chequeando el celular o con la cara de “yo no sé”, asintiendo en todo. Cuando es rota esa monotonía, lo hacen con “como dijo fulano” …haciendo alusión a uno de sus compañeros presentes. Esto no se da en todos.
Los hay, de esos llamados “nuevos”, que tienen una buena y correcta dicción, conocimientos generales, decencia, respeto, al tratar ciertos temas, de los llamados “espinosos y contradictorios”.
¡Qué bueno! Que tenemos esa realidad. Decenas de programas en radio y televisión.
A través de ellos, se educa, se transmiten normas, costumbres buenas o malas. ¿Todo depende del color del cristal con que se miren?
¿Qué, cuáles CONTENIDOS, se envían a quienes ven o escuchan esos programas? ¿Quién tiene que velar por ello?
Espere nuestro próximo artículo…CONTENIDOS EN LOS PROGRAMAS de Radio y TV