Por: Roque J. de León B. (MAE).
Aunque tengo varios temas de contenido social listos para publicar, no me sentiría bien si dejo pasar por alto un día tan significativo para mi como es, el del Maestro.
El Educador es un ser excepcional que debe ser formado en valores: humanistas, de solidaridad, éticos, morales, entre otros, para que asuman con responsabilidad el reto de desarrollar individuos multidisciplinarios, capaces de utilizar: inteligencia, razón, ingenio, sentido común, conocimiento y tecnología para mantener la sociedad en continua creatividad y evolución.
En mi época de mejor juventud donde los que sabíamos utilizar las máquinas mecánicas de escribir, de calcular y/o de contabilidad y donde lo más avanzado eran las «margaritas», recibíamos tratos especiales por ser personas privilegiadas.
Eso nos indica que teníamos maestros extraordinarios porque sin ningún tipo de tecnología eran capaces de desarrollar pequeños genios en las áreas de matemáticas, química o física sin que existieran sumadoras, mucho menos calculadoras científicas.
Simplemente eran personas con alto sentido de compromiso social y consciencia de la responsabilidad en formarse para asumir el futuro desarrollo integral de quienes serían sus alumnos y potenciales relevos en una sociedad cada día más compleja y exigente.
Esos niveles de calidad integral que exhibían los maestros, era el reflejo del signicado familiar de su procedencia.
Hoy, a pesar de la tecnología y los múltiples recursos que pueden ser utilizados en la educación, en nuestro país mostramos unos niveles de estancamiento alarmantes, que no es más que el resultado del poco crecimiento y desarrollo alcanzados en nuestros núcleos familiares y por ende, en el centro de la sociedad.
En mi tiempo de formación y educación aún se cumplía con el hecho de que las excepciones no definían las reglas, existían familias que no podían ser nombradas como ejemplo al igual que los maestros pero ante la mayoría, debíamos hacer reverencia.
La clase magisterial, a la cual le debo mucho y me siento ser parte de ella por múltiples razones, siempre ha tenido un gremio ejemplar donde cada miembro no temía dejar conocer su preferencia política pero, preservando la integridad institucional, hoy no guardan la apariencia.
Soñamos con una sociedad donde las instituciones sean tan fuertes que
puedan sustentarse por sí solas pero para eso debe resurgir un nuevo estilo de familia; los maestros al igual que yo, somos parte de la sociedad que tenemos.
¡Muchas felicidades para todos nuestros Maestros!
ROQUE J. DE LEÓN B. (MAE).
DIPLOMADO EN TÉCNICAS DE COMUNICIÓN SOCIAL INTEGRAL.
MIEMBRO DEL SNTP Y DEL SINLOPP.