El Presidente de la República encabezó junto a la asamblea revisora la proclamación de la nueva Constitución que contiene una cláusula que bloquea la posibilidad de reelección indefinida para ningún Presidente, más allá de 2 periodos. Con ello el Presidente cumple su promesa de campaña y deja un legado histórico muy trascendente con el objetivo de fortalecer la democracia RD.
El Pte. Abinader ha hecho con este tema de los candados lo que ningún mandatario había hecho. Teniendo el poder para reformar la Constitución en procura de mantenerse en el poder o habilitarse para volver, no lo hizo. A los 57 años, se retira a partir del año 28 para siempre de la carrera presidencial. Con ello envía una señal contra la mentalidad del caudillismo y mesianismo que ha imperado en el régimen presidencialista de RD.
El Presidente ha dado ese paso histórico, a sabiendas del grave riesgo que corre de sufrir horas difíciles de soledad. En un país donde abunda el oportunismo, en el que la gente se alinea con el que viene, sea oposición o de su propio partido, descartarse desde ahora implica un gran sacrificio para el Presidente en lo personal y en lo político.
Políticamente, el gran reto del Presidente a partir de ahora será mantener a su partido PRM en el poder más allá del 2028. Manejar un país con entorno económico mundial difícil, con ambiente guerra, con un colapso de Haití y una invasión haitiana masiva, sin erosionar la aceptación del gobierno. Mantener la unidad interna del PRM, ser árbitro, consolidar y mantener la coalición de 21 partidos aliados, que fueron clave para el triunfo en primera vuelta, no será tarea fácil para un Presidente con fecha de salida sin retorno.
De todo eso está consciente el Pte. Abinader, pero estimó que el legado institucional que deja está por encima de sus intereses coyunturales.
Creo que con el tema de los candados, el ex Pte. Leonel Fernández debió apoyar al Pte Abinader. Reinvindicar el autor de esa frase “Candados” y su necesidad fue de él en el 2015. Negarle el mérito histórico a Luis Abinader de hacerlos hoy realidad es una mezquindad política. La verdad es que Luis y Leonel coincidieron en 2020 defendiendo la democracia de un zarpazo de un pichón de dictador que intentó quedarse. Un Trujillo del ´21, que intentó aquí replicar el modelo de Maduro en Venezuela y Ortega en Nicaragua. Ese tipo de zarpazos quedaron para el futuro sellados para el bien de nuestro país. Y ese es un mérito histórico de Luis Abinader; simpatice usted o no con él, es la realidad. Nuestra democracia sale fortalecida de esta reforma constitucional.