Por Juan Colón
Seguirá siendo nuestro ADN, nuestro baile, nuestro ritmo, nuestra identidad.
No importa cuántas variaciones haya recibido, tampoco cuantos ingredientes nuevos, seguirá siendo merengue.
Recuerdo en una ocasión tocando con la orquesta del maestro Solano íbamos a compartir con la Santa Cecilia y el maestro Luis Alberti estaba en total desacuerdo con la salida de Wilfrido Vargas y comentó, esto es una locura musical. Nadie comentó, todos callamos, pero se le olvidó que con el venir de las generaciones llegan también los cambios musicales.
El jazz de los años sesenta no es ni sombra de el que escuchamos hoy, así pasa con la guaracha luego Salsa, la cumbia, etc., todos los ritmos han sufrido cambios los cuales son imposibles de revertir.
No importa quién cante, quien arregle, quien grabe, todo sigue su camino porque así como la vida es una rueda que gira así es nuestra música. Seguirán saliendo exponentes buenos y malos.
Lo que es imposible es querer quedarnos anclados en los ochenta. Excelente época pero ya pasó. Todo tiene que seguir.
Puerto Rico desde años atrás adoptó el merengue y años recientes Colombia también. Indiscutiblemente hay cambios pero al final tocan Merengue con respecto y musicalidad.
Lo mismo pasa con el típico han habido cambios y nuevos exponentes pero sigue siendo el merengue típico.
Mientras exista un Dominicano en el planeta seguirá vivo el merengue.